Cerca de tres mil personas de toda la región y el país aprovecharon el fin de semana santo para disfrutar de la quinta versión de la Fiesta de la Vendimia de Liucura Alto en Quillón, instancia que reunió a los campesinos de la zona para presentar lo mejor de su producción agrícola y artesanal.
“Nos pone muy contentos poder apoyar esta fiesta, ya este es el quinto año que venimos trabajando en conjunto con la junta de vecinos de Liucura Alto para entregar lo mejor a nuestros visitantes. Como dice el alcalde Alberto Gyhra, el campo también debe tener su fiesta y mostrar sus raíces, y en este sector las raíces son vitivinícolas y por eso celebramos la Fiesta de la Vendimia. Aquí la gente viene, disfruta, degusta todo tipo de comidas típicas, compra los productos que se dan en nuestros campos. Y sobre todo puede disfrutar de una jornada agradable, en un sector muy lindo y de una fiesta entretenidísima”, indicó Vladimir Peña, administrador municipal de Quillón.
Agrupaciones folclóricas fueron las encargadas de amenizar la festividad costumbrista durante el día, lo que despertó el entusiasmo de los visitantes. Además, éstos tuvieron a disposición platos típicos del campo chileno como empanadas, cazuelas de ave, vacuno y chancho; anticuchos; costillares; entre otros manjares de la cocina tradicional chilena.
“Vengo casi todos los años a esta fiesta y a todas las fiestas que se hacen acá en Quillón. Es una fiesta bonita, muy bien organizada y que nos permite disfrutar en familia. Yo ando con toda mi familia y hemos disfrutado mucho”, expresó Mónica Aldea, quien llegó de Talcahuano aprovechando el largo descanso.
No hay fiesta costumbrista que se precie de tal, si no tiene a su reina. La vendimia no fue la excepción y tuvo a dos candidatas que debieron ganarse la corona -literalmente- con el sudor de sus frentes. Las aspirantes a la tiara debieron zarandear dos cajones de uva al ritmo de la cueca, sacando la cara por la mujer de campo. Previamente, un experto en la molienda les mostró la técnica para sacar el mosto de la vid, dejando solo el racimo.
“Es primera vez que vengo a esta fiesta y me ha parecido muy entretenida, de fácil acceso, todo muy bueno. Es bueno que se mantengan estas tradiciones y que la gente pueda conocer y disfrutar de lo que se hace en el campo”, destacó Modesto Echeverría, quien llegó hasta Liucura de la vecina comuna de Cabrero.
LA VERDADERA VENDIMIA DE CAMPO
Viñas a uno y otro lado de la escuela Liucura Alto, dan cuenta de la riqueza del fruto en el sector. Corinto y país son algunas de las cepas que se dan en los fértiles terrenos liucuranos, hectáreas de parras que los vendimiadores cosechan durante días para conseguir su sustento.
“El campo tiene mucho trabajo y en estos tiempos la mano de obra es escasa, los jóvenes han dejado el campo y se han ido a la ciudad. Y los campesinos más viejos como yo nos quedamos y debemos buscar gente para vendimiar o cosechar otros productos. Muchos hacemos la vendimia casi solos, lo que se vuelve muy difícil. Además, la inversión en las viñas es mucha, se gasta mucho dinero en todo el proceso, sobre todo la mantención. Aún así hacemos todo lo que está a nuestro alcance para sacar un producto de buena calidad”, señaló José Jarpa, viñatero de Cerro Negro.
Hombres y mujeres recorren los campos de vid llenando los cajones que posteriormente serán vendidos, ya sea directamente a los consumidores o a intermediarios que las ofrecen a las grandes casas vineras del país. De hecho, algunos de los asistentes a la Fiesta de la Vendimia, se atrevieron a cortar las uvas y vivir la experiencia campesina.
“Estas costumbres se han perdido mucho y se ven poco, sobre todo en ciudades grandes. Yo de chico que he venido al campo y siempre aprovecho de participar de todas las fiestas costumbristas. Es todo muy bonito, el paisaje, las personas y el ambiente que se forma es muy grato. Ahora aprovechamos de vendimiar y es una bonita experiencia”, aseguró Ignacio Soto, turista santiaguino.
De todo para todos los gustos tuvo la quinta versión de la Fiesta de la Vendimia de Quillón, que se extendió hasta altas horas de la madrugada, amenizada por dos grupos rancheros. Sin duda, se trató de la versión más exitosa de los últimos años en que se ha realizado la festividad.
