Ya a casi dos meses de uno de los episodios de incendios forestales más grandes de los que se tenga registro, los habitantes de las zonas más afectadas de Quillón están retornando definitivamente a la normalidad. Y es que el descenso en las temperaturas los llena de optimismo por la imposibilidad de que ocurran otros siniestros.

Si bien en el Valle del Sol no se registraron pérdidas personales, muchos de los afectados vieron con impotencia como sus viviendas, predios e incluso animales eran consumidos por las llamas. A dichas pérdidas se le suma también la escasez del agua, producto de que sus sistemas de distribución resultaron seriamente dañados.

Por lo anterior, la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) destinó recursos por cerca de $60 millones para la reposición del material hídrico. La ayuda consiste en la entrega de materiales a los afectados para que reconstruyan sus sistema de almacenamiento y abastecimiento.

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“Los campesinos que viven en nuestra zona hace mucho tiempo que están viviendo problemas con el agua, que se extrapolaron con esto de los incendios. Ahora tenemos la posibilidad de colaborar con todos nuestros esfuerzos para reponer y normalizar lo que más podamos el sistema de agua potable. Nuestro interés fundamental es que nuestras familias se recuperen totalmente de la tragedia que los afectó este verano”, indicó el alcalde Alberto Gyhra.

Planzas, dos estanques de 1.200 litros cada uno y madera para la fabricación de una torre; fueron los materiales que se les entregaron a las más de 70 familias que quedaron sin agua luego de los incendios. En total, 280 personas que además se verán beneficiadas en su economía, ya que recibirán un sueldo de $355 mil por trabajar en la reconstrucción de su propio sistema hídrico.

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“Esto es lo peor que nos ha pasado. Estuvimos rodeados por el fuego y gracias a Dios no perdimos nuestras casas. Esta ayuda es lo mejor, porque aquí lo que más falta es agua, incluso antes de los incendios. Agradezco en nombre de mis vecinos al municipio por estar siempre preocupado de nosotros”, manifestó Emilia Gutiérrez, presidenta de la Junta de Vecinos Chancal.

EN LA LEJANÍA

Dos de los sectores más afectados por los incendios en Quillón fueron Chancal y Talcamo, ambos ubicados a cerca de 80 kilómetros de la zona urbana quillonina. Allí hacen patria cerca de 250 personas que ni por los embates del fuego cambiarían sus paisajes de valle y cerro.

“Estamos contentos, porque además de los problemas que teníamos con el agua, muchos perdimos nuestros trabajos. Nosotros somos recolectores de mora y mosqueta, y todo se perdió. Pero ahora con el agua y la platita podemos mantenernos un poco”, contó María Alicia Valderrama, dirigenta vecinal de Talcamo.

Juan Gutiérrez, también habitante de Talcamo, destacó la instalación de los estanques de agua, principalmente, porque “aquí casi nadie tenía estanques y ahora vamos a tener y de buena calidad. Más encima nos van a pagar por instalar los estanques, eso nos tiene más contentos, porque perdimos todo, ya no vamos a poder tomar la mora y el coral”.

Una o dos veces a la semana, un camión aljibe recorrerá estos sectores para abastecer a los vecinos del vital elemento. Ya la tragedia ha quedado atrás y las ayudas han llegado sin problemas. Ahora queda mirar hacia adelante y levantar todo lo que el fuego arrasó.

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