Alfredo Meneses Olave Presidente Directorio Corporación Educacional Virginio Gómez

Por Alfredo Meneses Olave

Presidente  Directorio

Corporación Educacional Virginio Gómez

El reconocimiento de Concepción como ciudad universitaria es una de las facetas que ha marcado la historia de la Región del BíoBío. Lejos de la capital, su población ha sembrado, una y otra vez, las semillas que impulsan su identidad, ya sea, forestal, pesquera, industrial, textil y comercial o, inclusive, musical, entre otras. Muchos son los recursos que posee nuestra región, pero, debemos destacar uno de los más valiosos. Su gente.

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Un símbolo de esta premisa, a quien relevo en esta ocasión, es Don Virginio Gómez, quién no sólo fue uno de los gestores de la Universidad de Concepción, si no también, fundador de la medicina moderna en la zona y promotor del Hospital Clínico, al que buscaba abastecer a través de una universidad técnica. En retrospectiva, una mente consciente de las necesidades de su entorno, con capacidad de visualizar soluciones y promoverlas.

Precisamente, es de esa impronta de la que se viste el Instituto Profesional Virginio Gómez, una identidad regionalista capaz de movilizar hacia el cambio y el desarrollo. Su origen, hace ya casi 34 años, al alero de la Universidad de Concepción, fue la fórmula para cubrir las necesidades formativas de talentos técnicos y profesionales que fueran base del desarrollo empresarial. Una alternativa que constantemente se mantiene en la búsqueda de liderar los avances en la macro zona sur.

Siendo una de sus características la versatilidad, el instituto ha logrado convergir en sí mismo las fuerzas productivas regionales con el mundo de la educación, fomentando la transferencia de conocimiento, innovación y tecnologías a las empresas del sector socio productivo, impulsando el progreso de las regiones de Ñuble y Biobío, y del país.

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A través de los años, el Instituto hizo los esfuerzos por llegar con su calidad formativa al mayor número de jóvenes, quienes veían en la educación técnico profesional dictada por el IPVG, una oportunidad real de crecimiento, tanto personal como profesional.

Recientemente, tras su acreditación avanzada, el Virginio Gómez se hizo acreedor de la gratuidad en la educación, lo que viene a facilitar que el instituto cumpla con su misión de entregar una educación de calidad a las y los jóvenes que están en búsqueda de oportunidades que les permitan avalar su movilidad social.

De esta forma, la gratuidad nos lleva a donde tenemos que llegar. Hoy, en conjunto con el Estado podemos cumplir con alcanzar a todos los sectores de la población, incluyendo a los más vulnerables, y así evitar que la falta de recursos económicos sea el motivo por el que muchos talentos se pierdan en el camino.

No cabe duda que, como región, tenemos muchos polos de desarrollo y una identidad marcada por la historia que nos hace ser resilientes y nos impulsa a avanzar sin importar las barreras. Hoy, como siempre, encaminaremos nuestros pasos con miras al futuro, conscientes de las necesidades que tenemos como sociedad porque como institución de educación superior, y con la mirada puesta en el ejemplo de Don Virginio Gómez, también nos debemos a la comunidad.

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