
Ángel Lizama (80), pequeño apicultor de Santa Fe y desde 1978 dedicado a este rubro, explicó que gran parte de la flora y, por ende, la fauna se desarrolla gracias al trabajo de las abejas. Esto es respaldado por la propia Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entidad que asevera que al menos un tercio de la producción mundial de alimentos depende de ellas.
“La abeja tiene que polinizar para que haya buena semilla y para que, a vuelta de temporada, haya buena empastada y podamos tomar leche y comer carne. Pero si yo tengo en mi jardín unas cuantas matas de habas, si no va la abeja y la poliniza, voy a quedar en puro follaje y no voy a tener habas. Y eso pasa con todo: con los tomates, con las papas, con las cebollas, con todo. Por eso la abeja, su rol principal, es la polinización de todo y por eso es que se dice que sin abejas no podemos vivir porque no tendríamos qué comer, en poco tiempo”.
Además de la polinización estos insectos elaboran variados productos, entre los principales la miel, el polen, el propóleo, la jalea real y la cera, todos los cuales poseen diversas propiedades y funciones específicas y que, una vez extraídos, tienen diferentes aplicaciones en las industrias farmacéutica, alimentaria y cosmética.
“También uno puede producir polen, que tiene muchas propiedades para la salud; puede producir también propóleo, que la abeja utiliza para sellar su casa, para que no le entre aire, no le entre viento, no le entre frío; y que también procede de la vegetación, de las plantas, de la multiflora y puede uno, también, sacarle mucho provecho para los efectos de la salud”.
José Ceballo, facilitador intercultural del CESFAM Rural Santa Fe, indicó que esta visita fue concebida como un rescate de una arraigada tradición local –la pequeña apicultura- generando, en coordinación con el resto del equipo del centro de salud, una acción educativa y demostrativa, con impacto en la comunidad.
“Como Programa Salud y Pueblos Indígenas hemos querido conmemorar el Día Mundial de las Abejas, sabiendo la importancia que tienen estos polinizadores y los productos que entregan para nuestro sistema de salud”.
La actividad fue gestionada por el Programa Salud y Pueblos Indígenas (PSPI), presente en el CESFAM Rural Santa Fe desde 2019 y que tiene como uno de sus objetivos el reconocimiento de la diversidad cultural de los pueblos originarios por medio de la construcción de planes de salud basados en un enfoque de equidad, interculturalidad y participación social.
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