La decisión de invertir:

Las personas se enfrentan a una disyuntiva a la hora de decidir que hacer con su dinero. Para efectos simples, se debe optar por dos alternativas: consumir o invertir, lo que para todos nosotros significa “gastar” o “ahorrar”.

Normalmente, la gente utiliza gran parte de su dinero para pagar distintos bienes y servicios que satisfacen diversas necesidades: alimentación, vestuario, vivienda, transporte, ocio, entre otros. Sin embargo, a veces las personas gozan de ingresos (permanentes o extraordinarios) que superan nuestros hábitos de consumo normales.

Piense en una persona que recibe dinero por concepto de devolución de impuestos, una herencia, una ganancia por la venta de un bien, entre otros casos. Montos bien recibidos, que quizás no se esperaban. Al respecto emerge la disyuntiva: ¿Qué hacer con este dinero? Quizás se podría destinar a consumo extraordinario, como la renovación de un automóvil, el costeo de unas buenas vacaciones o la compra de algún electrodoméstico o aparato electrónico. Así también, estos recursos podrían ayudar a disminuir nuestras deudas. Sin embargo, hay quienes optan por utilizar este dinero para ahorrar, con el fin de obtener ganancias y aumentar el patrimonio personal. Al respecto, se ha erigido una opción prometedora, pero esconde una lógica altamente riesgosa.

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Las “empresas Forex”

Si bien la palabra “Forex” se utiliza como abreviatura para hablar del mercado de “divisas” (compra y venta de monedas), en Chile el término se ha popularizado por otras razones. Hoy en día el seudónimo “empresas forex” se acuña a algunas compañías que ofrecen la compra y venta de contratos por diferencia (CFD).

¿Qué son los CFD? Como su nombre lo sugiere, son contratos que replican las variaciones de precio de un activo. Quizás Ud. no entienda nada de lo que de momento hablamos, pero veamos si los siguientes ejemplos resultan útiles.

Imagine que Ud. quiere comprar un dólar. Para ello puede ir a una casa de cambio y pagar $670 pesos chilenos por un billete de la moneda estadounidense. Al día siguiente Ud. lee en la prensa que los dólares se están cotizando a $690 pesos chilenos, por lo que acude nuevamente a la casa de cambio y vende su dólar. En la operación habrá obtenido $20 pesos chilenos de ganancias.

Ahora imagine que Ud. descarga un programa o ingresa a un sitio web que permite realizar la misma inversión sin necesidad de acudir a una casa de cambio. Usted paga $670 pesos chilenos por un dólar a partir de una transacción electrónica. Un día después, en la misma plataforma o sitio web, realiza la operación contraria y obtiene $690 pesos chilenos. Ud. está convencido de que compró dólares, pero: ¿Qué me diría si le dijera que Ud. quizás jamás compró dólares? ¿Tuvo Ud. en sus manos un billete de la divisa estadounidense? No. Quizás Ud. compró un contrato por diferencia, cuyo precio resultó ser similar al de un dólar. Ese contrato lo compró a $670 pesos chilenos y lo vendió a $690 al día siguiente, emulando así las ganancias que pudo haber obtenido si hubiese acudido a la casa de cambio. Es precisamente a esto a lo que se dedican las “empresas forex”: a transar contratos por diferencia que replican los precios de activos financieros: monedas, acciones, índices accionarios, materias primas, entre otros.

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Al igual que las casas de cambio, las “empresas forex” ganan dinero por la vía de márgenes de compra y venta. Imagine que Ud. compra un dólar en $670 pesos chilenos y en el instante se arrepiente y decide venderlo. Acude a la caja y se sorprende al enterarse que la casa de cambio está dispuesta a comprarle el billete a $660 pesos chilenos. Ese margen de compra y venta de $10 pesos chilenos es la ganancia de las casas de cambio. De la misma forma lucran las “empresa forex”.

El Negocio del Apalancamiento

Sigamos con nuestra historia. Imagine que un día lo contactan telefónicamente desde una “empresa forex”. En la llamada, un ejecutivo lo saluda cordialmente y le ofrece invertir en dólares con un apalancamiento de 100. Ud. no entiende absolutamente nada. El ejecutivo le comenta que la empresa le permite invertir $6.700.000 pesos y comprar 10.000 dólares. Ud. le contesta que le encantaría hacer eso, pero que lamentablemente no dispone de esa cantidad de dinero. Al respecto el ejecutivo le dice que no se preocupe, pues lo único que necesita es reunir $67.000 pesos, pues la “empresa forex” está dispuesta a “prestar” el dinero restante para amplificar hasta 100 veces su inversión. El requisito es que Ud. devuelva el dinero al final del día. Pero ¿Por qué Ud. aceptaría esta oferta?

Supongamos que Ud. acepta y compra 10.000 contratos por diferencia de dólares, cada uno con un precio igual a $670 pesos. Usted materializó una inversión por $6.700.000 pesos, pero sólo $67.000 salieron de su bolsillo, pues los restantes $6.633.000 pesos los facilitó la “empresa forex”. Ahora suponga que durante el día el precio del dólar subió un 1%. Como debe devolver el dinero “prestado”, Ud. vende los contratos por diferencia de dólares al nuevo precio: $676,7 pesos cada uno. Por la operación recauda $6.767.000 pesos y paga la parte del dinero que dispuso “empresas forex” para apalancar su inversión: $6.633.000 pesos. El saldo restante ascenderá a $134.000 pesos, que irán a su bolsillo. ¿Se da cuenta lo que pasó? En un día usted duplicó su dinero. En la mañana tenía $67.000 pesos y por la tarde se retiró con $134.000 pesos. El apalancamiento amplificó 100 veces el alza de 1% en el precio de los dólares, totalizando una rentabilidad de 100%.

Los Riesgos

Bajo la posibilidad de obtener enormes ganancias, en tan sólo horas, minutos o segundos, las “empresas forex” atraen clientes con la promesa de brindarles apalancamiento. Sin embargo, las monedas tienen 2 caras y muchas veces la gente considera sólo una.

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Suponga que Ud. decide invertir nuevamente $67.000 pesos en la compra de contratos por diferencia de dólares. Una vez más, la “empresa forex” amplifica su inversión, hasta totalizar un monto 100 veces superior a su capital. No obstante, esta vez el precio de los dólares baja un 1% en tan sólo una hora. La empresa lo contacta y le solicita un nuevo depósito de $67.000 pesos. Incrédulo, Ud. pregunta por qué debe hacer eso. Desde la empresa le comentan que, dado que el precio del dólar bajó a $663,3 pesos (un 1%), si Ud. vende los contratos recibirá $6.633.000 pesos, exactamente el monto que la “empresa forex” le facilitó. Usted, asombrado, nota que perdió los $67.000 pesos invertidos tras la baja de un 1% en el precio de los dólares. Y es que el apalancamiento no sólo amplifica sus ganancias, sino también sus pérdidas. Dado esto resulta natural que la empresa le solicite nuevos $67.000 pesos para continuar invirtiendo, pues los primeros ya los perdió.

Si Ud. se da cuenta, en el primer ejemplo un aumento de 1% en el precio de los dólares significó la obtención de $134.000, una ganancia de 100% del capital invertido. No obstante, en el segundo ejemplo una baja del 1% en el precio de los dólares significó la pérdida total. Imagine, en última instancia, qué hubiese sido de Ud. si el precio de los dólares hubiese caído un 2%: además de los $ 67.000 que invirtió, quedaría con una deuda de otros $ 67.000.

Olvide que el precio de los contratos por diferencia de dólares bajaron un 1%. Piensa que nuevamente aumentaron un 1%. Usted nuevamente logró ganancias del 100%, pero ¿Qué pasa si la “empresa forex” no tiene dinero para pagarle? Lamentablemente usted no puede vender los contratos a ninguna institución que no sea la “empresa forex”, y estos no poseen garantía del Estado u otra institución. Así, usted verá dinero sólo si la compañía tiene dinero para pagarle.

Conclusión

En Chile muchas empresas ofrecen la compra y venta de contratos por diferencia. Sin embargo, dichas compañías han estado en la mira de la opinión pública y el Estado tras el caso AC Inversions, una historia que desprestigió la palabra “forex”, al punto de propiciar que algunas compañías decidieran cambiar su nombre. (Ver: Agentes de Valores inscritos en la SVS)

Actualmente, ni la legislación ni las autoridades, regulan o supervisan el quehacer de estas empresas e instrumentos. Lamentablemente, se da por sentado que las personas entienden los riesgos asociados a inversiones apalancadas. La realidad pareciera no ser así, pues muchas veces la promoción y la publicidad sólo se enfoca en las virtudes, dejando la explicación de los riesgos a criterio del vendedor.

Dicen que lo que fácil llega, fácil se va. Aquello no es ley, pero muchas veces se cumple.

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