Este trabajo realizado con metodología derivada de la psicoeducación y de la investigación acción participativa (IAP), tuvo como objetivo trabajar, durante dos meses, con niños y niñas de tercero y cuarto básico de la escuela Teodosio Urrutia Muñoz de Pidima en la comuna de Ercilla, en torno a los propios derechos infantiles, permitiéndoles visibilizar o detectar situaciones de vulneración.

En entrevista para el sitio web Santo Tomás en Línea, los estudiantes, Jaime Sepúlveda, Sofía Soto y el propio investigador se refirieron al respecto.

¿Cómo nace la idea de llevar a cabo esta iniciativa?

Este proyecto nació desde una etnografía realizada en la asignatura de antropología. Ahí pudimos diagnosticar la vulneración de derechos infantiles dentro del marco intercultural de la educación chilena.

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¿Qué situaciones pudieron vislumbrar en el estudio?

Era evidente la represión que existe en la localidad de Pidima, que es la puerta de entrada de lo que denominan “las comunidades conflictivas”.

Los alrededores de la escuela se encontraban fuertemente custodiados por fuerzas policiales y al entrar a la escuela a entrevistar al Profesor respecto de la educación intercultural, por fuera del establecimiento pasaron carros policiales. Tras esta situación fue evidente el miedo que tienen los niños, porque, además lo manifestaron. Así relataron sus vivencias, sobre todo en lo que concierne a los allanamientos en sus casas.

Esta cruda realidad infantil mapuche, que dista mucho de la infancia de un niño chileno común, la pérdida de identidad que sufren los niños por no aprender su lengua a causa de la discriminación social, y sumado a la alta tasa de deserción escolar de niños que cursan cursos superiores por unirse al conflicto mapuche, ya sin temor, es lo que nos motivó a llevar a cabo este proceso.

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En definitiva, lo que busca este proyecto es promover los derechos de los niños y niñas de la escuela, lo cual hicimos a través de la generación y construcción de espacios de diálogo, abarcando el tema de violencia y la vulneración de derechos, siempre desde su propia perspectiva

¿En cuántas fases se desarrolló este trabajo?

Abordamos este tema y elaboramos este proyecto, que se divide en tres fases.

La primera es el diagnóstico previo que realizamos mediante la etnografía, ahora viene la segunda fase que es la realización de estos talleres, donde trabajamos en torno a los derechos de la infancia.

Para comenzar los talleres realizamos una dinámica de grupo para mejorar la sociabilización entre los niños y nosotros, ya que éramos un agente externo a la escuela. Era necesaria la confianza para tratar estos temas.

Luego seguimos con una actividad a modo de diagnóstico, donde niños y niñas debían anotar cinco necesidades que ellos tuvieran en ese momento y dibujar el lugar que más les gustaba o donde se sentían más cómodos. Luego, mediante dos talleres, seguimos reflexionando en torno los derechos infantiles y realizando actividades al interior del aula. Estos consistían en relatos de cuentos o de situaciones cotidianas o hipotéticas, con los cuales los niños debían identificar si existía alguna vulneración de los derechos revisados previamente.

Luego pasamos a la tercera fase, que consistía en la aplicación más directa respecto de los contenidos revisados anteriormente. Aquí los niños tomaron un rol investigador y en una hoja debían anotar una serie de preguntas acerca de los derechos infantiles revisados anteriormente.

A modo de cierre, se realizó una actividad de mapeo colectivo, entendiendo que el territorio representa sus propias vivencias y es el escenario en donde ellos realizan su cotidianidad. Acá la consigna fue que graficaran todos los lugares significativos para ellos, haciendo uso de colores, identificando aquellos lugares donde se sentían más cómodos o seguros, así también donde ellos creían que sus derechos estaban siendo vulnerados, y donde se sentían más inseguros.

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¿A través de este trabajo, pudieron descubrir en qué lugares los niños se sentían más seguros o inseguros?

Si. Dentro de la escuela y las salas de clases se sentían conformes. Lo que pasa es que la inseguridad viene desde el hogar, tienen miedo de caminar en los alrededores cuando regresan de clases, porque el peligro está en su misma casa.

¿Qué resultados obtuvieron de este estudio?

Que los niños conocieran sus derechos y pudieran discutir sobre eso. Ello se logró en cada una de las actividades dinámicas y lúdicas que se realizaron.

Eso era uno de nuestros objetivos, también entregarles las herramientas necesarias a niños y niñas, para que ellos mismos puedan detectar las situaciones de vulneración de derechos, además de la realización de un video documental que se fue realizando durante todo el proceso.

¿Este trabajo se proyectará a través de un documental?

Si, el documental ya fue expuesto en Biblioteca Viva de Mall Plaza Los Ángeles y en un festival de cine en Mulchén, que incluyó un conversatorio. Pero, además, como parte de las actividades que incluye este proyecto, queremos hacer un seminario en enero como cierre definitivo. Ahí estrenaremos de manera oficial el documental, en toda su extensión mientras que en Biblioteca Viva ya se están exhibiendo los trabajos que hicieron los niños de la escuela.

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