Así lo indicó la directora de la escuela, Andrea Saavedra, agregando que durante este año los equipos educativos tienen grandes desafíos en materia de convivencia y contención emocional. “Esto por el difícil que momento que hemos vivido en pandemia y que aún estamos viviendo. Se debe considerar que en el proceso educativo actuamos personas y debemos estar todos y todas bien. Por lo tanto, es importante y urgente ocuparse de la salud mental, física y emocional de todos los que conformamos esta comunidad de aprendizaje, la que no solo debe ser cognitiva sino integral.”
De esta forma, los funcionarios pudieron desarrollar un espacio de conexión individual y grupal, a través de una jornada de relajación, juego y esparcimiento, trabajando la empatía y reflexión del proceso que vive la escuela y las familias que conforman su comunidad.
Hugo Leiva, psicólogo a cargo del programa, destaca la importancia de trabajar sucesos traumáticos, en comunidad. “Cuando la colectividad se detiene a compartir un dolor arquetípico (pandemia); al hacerlo lenguaje, mirada, arte y símbolo, las emociones se reordenan en torno al cuidado y la consciencia. Los equipos de trabajo de la escuela estuvieron dispuestos a mirar las consecuencias de la pandemia desde su alma; se abre la cortina para comprender, asimilar y sanar a sí mismos, familias, alumnos y comunidad educativa. El dolor ya no es una vivencia en solitario, es alma institucional para el proyecto educativo”.
La jornada se suma a una serie de acciones planificadas por la escuela, en las que destaca también la permanente coordinación con el área de Convivencia Escolar DAEM.
