Un importante trabajo se desarrolló a través de la comisión de Medio Ambiente junto a la Fundación Manzana Verde donde se conoció el programa de monitoreo comunitario participativo, por la calidad de aguas para la región del Biobío, ello basado en estrategias para la restauración y protección del ciclo del agua.

Luego de las emergencias por incendios forestales, se vuelve muy importante conocer la afectación que han sufrido distintos cuerpos de agua, por lo que para la comisión resulta necesario conocer datos claros que permitan focalizar una futura inversión publica para la recuperación de cuencas y ríos.

“Con el post incendio se tendrá una degradación importante de los cuerpos de agua, probablemente incluso problemas sanitarios con los cuerpos de agua que utilizamos, por lo que necesitamos medir y conocer los parámetros físico y químicos que den una tendencia para saber su calidad y tomar decisiones pronto, donde la tecnología que se utiliza en la Fundación Manzana Verde es inmediata y con resultados eficaces en tiempo real”, indicó la consejera regional Ana Araneda, presidenta de la comisión de Medio Ambiente.

La consejera explicó que en la metodología de trabajo se trata de hacer mapeos y mediciones comunitarias para ver la calidad del agua, lo que implica invitar a la comunidad y formar monitores donde cualquier vecino puede ser capacitado y poder medir los cuerpos de agua continentales de sus propios terrenos, validados por importantes instituciones. “Es importante que el Consejo Regional conozca y vea el trabajo que se realiza, para buscar algún tipo de articulación y hacer que esto sea un referente regional y nacional”, agregó la core.

Ya con la emergencia de los incendios superada, se explicó que es importante conocer los efectos y daños producidos para focalizar mejor la inversión pública. “Se debe tener claridad de los efectos de los incendios respecto de la calidad del agua y luego saber priorizar los recursos, por ejemplo si en Santa Juana una cuenca fue afectada se sabrá como está la calidad del agua y priorizar recursos para mejorar ese sector en su vegetación rivereña, que actúa de filtro, o en los suelos por el almacenamiento del agua, por lo que al tener estos datos se  podrán trabajar en las comunas donde hubo emergencia para definir los lugares, las medidas y los tiempos que se requieren” informó Esteban Flores, coordinador de la Red Nacional de Monitoreo Comunitario Participativo de la Global Water Watch y de la Fundación Manzana Verde.

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Para la Fundación lo importante es hacer el catastro y junto a la comunidad trabajar en su recuperación. “El agua es un elemento vital y el efecto principal de los incendios se relaciona con la pérdida de la cobertura vegetal de los suelos, porque al quemarse pierden su capacidad de materia orgánica y de retener agua, por lo que es muy importante hablar de la calidad de agua, cómo medirla y organizarse para que a futuro las comunidades tengan acceso. El incendio apuró esto, pero el cambio climático y el uso del suelo ya nos ponía en la emergencia de preocuparnos de la planificación de las aguas para la comunidad”, concluyó.

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