Dra. © Patricia Soto de la Cruz
Directora Pedagogía en Educación Parvularia
Universidad Finis Terrae
El rechazo al Kínder obligatorio ignora todas las investigaciones existentes de cómo la educación temprana favorece el desarrollo de niños y niñas y, en términos de justicia social, accede a espacios educativos y experiencias pedagógicas para impulsar la equidad e igualar oportunidades.
La principal razón está centrada en NO favorecer la escolarización a tan temprana edad, argumento que invisibiliza el rol profesional de las y los educadores de párvulos y todos sus marcos, mecanismos, instituciones y políticas públicas, todas ellas del nivel educativo que centran el juego como eje del aprendizaje, posiciona en un rol mediador a educadores, releva la importancia de las familias en procesos educativos, y potencian las interacciones y ambientes propicios que resguardan la calidad, pertinencia y coherencia de prácticas educativas y por ende, el rechazo a prácticas escolarizantes.
La escolarización en kinder no es algo nuevo, por ende no atribuible a este proyecto y que sin duda es una problemática que debe ser abordada. El rechazo a este proyecto no erradica el problema, de hecho lo perpetua. No podemos dejar de lado que las políticas vienen acompañadas de una musculatura de seguimiento y cumplimiento, que permitiría pensar en un escenario más positivo para erradicar efectivamente la escolarización.
Finalmente, el rol que deben jugar las universidades y las Facultades de Educación de nuestro país, es protagónico y múltiple, en términos de levantar conocimientos por medio de investigaciones locales en torno a los problemas a la base de la escolarización, sumado al resguardo de sus planes de estudios y perfiles de egreso, potenciando la alianza bidireccional con centros de práctica que forman parte de la ejecución de los planes de estudios.