La instancia contó con las intervenciones de la secretaria general de UNCTAD, Rebeca Grynspan; del subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada; y de la historiadora y académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, María José Henríquez. La moderación del encuentro estuvo a cargo de la embajadora de Chile ante OMC, OMPI, UNCTAD y ITC, Sofía Boza.
En sus palabras introductorias, la embajadora Boza destacó la relevancia que para nuestro país tuvo y aún tiene la celebración de UNCTAD III, no sólo por las discusiones celebradas, algunas de las cuales aún están vigentes, sino que también por la construcción del actual Centro Cultural Gabriela Mistral, todo un símbolo arquitectónico en el centro de Santiago.
En su intervención grabada, el subsecretario Ahumada destacó la enorme importancia que, para las discusiones sobre comercio y desarrollo, aún vigentes, tuvo la celebración de UNCTAD III hace 50 años. Así mismo, agradeció el acompañamiento que UNCTAD brindó en la organización y celebración de este evento de conmemoración.
Por su parte, la profesora María José Henríquez realizó una detallada revisión del contexto que llevó a la celebración de UNCTAD III, mediante un breve repaso de las dos conferencias anteriores, en Ginebra y en Nueva Delhi respectivamente, la elección de Chile como sede y el proceso de preparación de Santiago para el evento. Además, presentó cuáles fueron los principales contenidos y posicionamientos durante la UNCTAD III, así como los resultados obtenidos más destacables. Entre ellos, resaltó especialmente la creación de un grupo de expertos en materia de restricciones al comercio de manufacturas, la generación de un mandato en transferencia tecnológica, y los avances en materia de servicios.
Finalmente, la secretaria general de UNCTAD, revisó las principales discusiones en el marco de UNCTAD III, mostrando cómo muchos de los problemas estructurales que se conversaron en la época aún están totalmente vigentes, y repercuten en las brechas existentes entre los países desarrollados y aquéllos en desarrollo. Por tanto, las políticas internas, si bien tienen un impacto, aún se encuentran con significativas limitaciones en su potencial.
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