La adherencia al tratamiento regular del asma en menores de edad es fundamental para el control de síntomas; ya que, si mantienen una disfunción pulmonar en el tiempo, podrían desarrollar en la edad adulta la denominada Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). (1)

Durante 2020 y debido a la pandemia, ha aumentado la importancia de los controles y tratamientos de distintas enfermedades respiratorias ya que muchas de ellas se enlazan en los grupos de riesgo de Covid-19. Una de estas es el asma bronquial, patología crónica que se puede desencadenar en distintas edades por diversas razones.

En el caso de los niños, el asma pediátrica tiene un origen genético, mediada por la exposición temprana a aero-alergénos; responsable final de la inflamación persistente a nivel bronquial (1). Al haber una inflamación crónica a nivel bronquial esto predispone a que distintos gatillantes puedan desencadenar una crisis asmática como, por ejemplo, infecciones virales, exposición a alérgenos y contaminantes ambientales, sobre todo intradomiciliarios como el humo del cigarrillo, dermatofagoides, mascotas, entre otros. (1)

Si bien actualmente no existe un tratamiento que pueda revertir el asma, hay alternativas dependiendo de su severidad. Para tratar y bloquear la inflamación a nivel bronquial se utiliza un antiinflamatorio (corticoide inhalado) y cuando se desencadena una crisis es necesario agregar un broncodilatador, medicamento que se debe emplear únicamente en estos casos (1). De hecho, no tener que usar broncodilatadores es un buen indicador del adecuado nivel de control de la enfermedad (2).

El uso indiscriminado y frecuente de broncodilatadores puede producir problemas en los niños pequeños como por ejemplo temblores, taquicardias o agitación psicomotriz, por eso, su uso debe estar estrictamente vinculado a la prescripción médica (3,4).

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“El problema es que muchos pacientes cuando utilizan broncodilatadores y están obstruidos, sienten un alivio inmediato de sus síntomas mientras que si emplean un antiinflamatorio (corticoide inhalado) por vía inhalada no perciben nada. Entonces hay un error conceptual de que el broncodilatador es el tratamiento que resuelve el asma, y aunque, es un tratamiento de rescate o de emergencia frente a la presencia de síntomas; uso indiscriminado puede estar asociado a riesgos”, comenta la Doctora Ana María Herrera, pediatra broncopulmonar de la Clínica Santa María y presidente de la Sociedad Chilena de Neumología Pediátrica.

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Además, la especialista afirma que existen estudios que han evidenciado que los pacientes con asma que emplean en forma casi permanente broncodilatadores, tienen un mayor riesgo de tener nuevas crisis de asma y también de morir por una de estas, ya que no están tratando la causa de base que es la inflamación de la vía aérea (5,6). De esta manera, dicha inflamación podría aumentar (al no ser tratada en forma oportuna) a nivel bronquial produciendo un daño en la función pulmonar que es irreversible en el tiempo. (1)

“Se ha visto que algunos niños con asma y que tienen una inflamación bronquial mantenida en el tiempo podrían ser futuros pacientes adultos que van a padecer de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)”, afirma la especialista.

Agrega que la clave de una buena calidad de vida y el control de la enfermedad de un paciente con asma bronquial es la adherencia al tratamiento de mantención, teniendo tolerancia cero con las crisis (1). El uso permanente del tratamiento de mantención (corticoide inhalado) al contrarrestar la inflamación de base que hay en la vía aérea va a permitir que el paciente no tenga síntomas diurnos ni nocturnos, que no tenga crisis de asma y que tenga una vida absolutamente normal con una buena calidad de vida asociada (1).

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